La forma del relieve terrestres depende en buena medida de cómo estén dispuestos los materiales que lo componen. De esto se encarga la tectónica por medio de los movimientos de la corteza terrestre. Existen
dos movimientos básicos los verticales o
epirogénicos de amplio radio y muy lentos, que tratan de recuperar el equilibrio isostático; y los movimientos horizontales u
orogénicos, responsables de los relieves plegados y fracturados. En la actualidad el paradigma que explica el relieve de la
Tierra es la
tectónica de placas.